Fuente: http://www.mitosyfraudes.org/Ozo/record_ozono_artico.html
Autor: Eduardo Ferreyra, Presidente de FAEC
En los medios corre como reguero de pólvora encendida la noticia de que la disminución del ozono, esta vez en el Ártico, alcanzó niveles récord. Como siempre, es una mentira escandalosa.
Por ejemplo, la noticia fue publicada por La Nación Online, como de costumbre dejando afuera los detalles impor-tantes de la noticia que publica la Organización Meteorológica Mundial usando el parte de prensa que la Agencia Espacial Europea (ESA) publica en su sitio web. La Nación, lo mismo que Clarín, tienen esa fea costumbre de pu-blicar noticias alarmistas sin comprobar las fuentes de origen y hacerlas analizar por periodistas con conocimientos científicos sólidos.
Dice la Agencia Espacial Europea –las negritas son nuestras para destacar lo importante:
Pérdida récord de ozono sobre el Ártico
http://www.esa.int/esaEO/SEMIF24SZLG_index_0.html
Abril 4, 2011
El satélite ENVISAT ha medido niveles récord de ozono sobre el sector Euro-Atlántico del Hemisferio Norte durante Marzo.
La imagen que publican para Marzo 2011 es la siguiente:
Este mínimo récord fue causado por vientos desusadamente fuertes, conocidos como el vórtice polar, que aisló la masa atmosférica sobre el Polo Norte e impidió que se mezclara con el aire de latitudes medias.
Esto llevó a temperaturas muy bajas y creó condiciones similares a aquellas que ocurren en cada invierno del hemisferio sur sobre la Antártida.
Hasta aquí todo bien. Es sabido que el causante del infame “agujero de ozono” en la Antártida son los vientos huracanados dentro del Vórtice Polar Sur y la ausencia de rayos ultravioleta para crear nuevas moléculas de ozono. Los átomos de cloro, bromo y flúor, o los cristales de ácido nítrico de las nubes estratosféricas polares, tienen poca incidencia.
Como la molécula de ozono es la más inestable conocida en la química –más que la del monóxido de carbono- cuando dos de ellas se tocan intercambian átomos de oxígenos y se forman tres moléculas de oxigeno, según la reacción:
O3 + O3 à 3 O2 + 64 kcal/mol
La masa de aire turbulento de la Antártida –y la del Ártico- producen un entrechocamiento masivo de todas las moléculas gaseosas y las de ozono se convierten en moléculas de oxígeno. Misterio explicado: las causas de la disminución del ozono estratosférico son dinámicas, no químicas –y ello se relaciona con el siguiente párrafo del parte de prensa de la ESA:
Cuando la luz solar de marzo golpea la masa de aire libera átomos de cloro y bromo –gases destruc-tores de ozono originados en los cloro-fluoro-carbonos (CFC) y disocian al ozono en moléculas individuales de oxígeno–predominantemente en la estratosfera baja, alrededor de 20 kilómetros de la superficie.
Hay varios errores gruesos en la declaración de la ESA: primero, y demasiado evidente, es que la luz solar no divide a las moléculas de ozono en moléculas individuales de oxígeno sino que lo harían –si pudieran- en átomos indi-viduales de oxígeno. La disculpa podría ser que el redactor de la ESA es un burro de aquellos. Pero los científicos que debieron haber revisado una publicación tan importante, parecen ser tan burros como el redactor. Y el mundo sigue andando!
La segunda terrible equivocación del parte de prensa –y de los científicos que están detrás de toda la farsa- es que cuando en marzo los primeros rayos de sol no tienen la energía necesaria para disociar a las moléculas de CFC, por la sencilla razón de que, en esa fecha, debido al ángulo con que llegan hasta el polo norte los rayos solares deben atravesar una enorme distancia. El oxígeno filtra completamente a los rayos UVC, que son los únicos que tienen la energía necesaria para disociar a la más estable y poderosa molécula gaseosa creada por el hombre: los CFC.
Los estudios de Fabian, Borders y Penkett, publicado en Science, (diciembre 24, 1981, pág. 733-735) demostraron que los Freones-11 y 12 llegan a los 29-32 kilómetros de altura, en una proporción de entre 0,1 y 100 partes por BILLÓN –es decir, casi imposibles de medir. Pero también se sabe que el oxígeno absorbe TOTALMENTE a la radia-ción UVC e impide que pase más debajo de los 40-43 kilómetros de altitud. Por lo tanto, es imposible que esa radia-ción, la única capaz de disociar a los CFC llegue hasta los 20 km de altura, que es la altura en donde se encuentra la mayor cantidad de ozono!
La tercera desinformación enviada por la ESA es con relación a la acción del cloro sobre el ozono: dicen "los que saben" que toda acción química del cloro y otras moléculas sobre el ozono se tiene que realizar sobre las superficies sólidas de los cristales de hielo de las nubes estratosféricas polares (o NEP) que se forman únicamente cuando la temperatura desciende por debajo de los -82ºC.
Por lo menos esa es la explicación que daba Mario Molina para su famosa teoría del dímero del ozono. Y como le dieron un Premio Nobel por esa tontería, lo tienen que creer. El problema es que en el Ártico normalmente no se alcanzan esas temperaturas tan bajas; por lo tanto no se producen las NEP; por lo tanto no hay acción del cloro, bromo, flúor, etc, sobre las moléculas de ozono; por lo tanto todo el asunto de la destrucción del ozono por los CFC es uno de los Cuentos Chinos más grandes de la historia.
Niveles Récord?
En uno de los gráficos animados de la ESA se ven los niveles o concentraciones de ozono durante el mes de marzo desde 1979 hasta 2011. Veamos uno de esos gráficos, el de marzo de 1997, que los mismos personajes de la ESA dan como el año con menores disminuciones de ozono:
De acuerdo con la tabla de valores en colores al pie del gráfico se aprecia que los niveles de ozono eran de 275 UD (unidades Dobson) y que las “récord” de marzo 2011 no llegan ese valor, y la extensión en ambos años es muy parecida! Alguien tendría que haber revisado los gráficos antes de hablar de “niveles récord”.
Todo esto es muy torpe, muy anticientífico. ¿Consideran los burócratas en la ESA que la gente no tiene cerebro y que es capaz de darse cuenta de que si los niveles de ozono "récord" en el Ártico, donde el sol es muy débil, son mayores que en las regiones medias y tropicales -donde no hay señales de problemas para la población, les haga una pregunta muy sencilla e inquietante: ¿cuál es el problema?
Una vez más el mito de la destrucción del ozono se niega a ser sepultado definitivamente. De tiempo en tiempo se saca al esqueleto de su tumba y se lo hace flamear como una bandera para seguir asustando a los ignorantes. Y los periodistas de los grandes medios siguen viviendo en su carencia total de análisis crítico de los estudios pseu-docientíficos.