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Las trampas del Vietcong

Publicado en por Skiper

La imaginación y la astucia del Vietcong durante la guerra de Vietnam contra los norteamericanos les hizo ganar la guerra. El vietcong no solo era sobrepasado en número sino también  en armamento por las tropas norteamericanas, pero se las ingenió de mil maneras no solo para matar soldados enemigos con sus trampas ocultas, sino también para desmoralizarlos y minar la moral de las tropas enemigas. Su capacidad para la improvisación, el conocimiento de la jungla, aldeas y senderos, su excelente capacidad para camuflarse en medio de la jungla, su movilidad y el conocimiento de los puntos débiles del enemigo norteamericano hizo que el Vietcong ganase la guerra.

Los americanos sentian autentico pavor ante las tropas norvietnamitas, ya no solo por su arrojo en el combate, sino también por sus tácticas de guerrilla y juego sucio. El Vietcong acostumbró a las tropas norteamericanas a vivir en el permanente miedo y la psicosis a las trampas ocultas por todos lados, incluso en poblados y a las emboscadas repentinas; lo cual influyó enormemente en la moral y en la salud mental de los norteamericanos que entre unas cosas y otras llegaron a perder la guerra contra un enemigo menos numeroso que ellos y menos preparado armamentisticamente, pero mucho mas valiente e inteligente que ellos.

He aquí una selección de algunas de las trampas caseras que utilizaba el vietcong para mutiliar, herir, o dañar psicologicamente y moralmente a las tropas norteamericanas invasoras.

 

Granadas Ocultas

Casi cualquier lugar de la selva o los poblados podía ocultar esta simple pero eficaz y letal trampa. Cruzar o vadear un rio, arrozal o arrollo era peligroso y nunca se sabía donde podía ocultar una granada con el seguro quitado y camuflada habilmente. En cualquier sendero de la selva, cualquier árbol y en cualquier aldea, los norteamericanos se encontraban con granadas ocultas en los lugares menos insospechados. Si la selva ya era peligrosa de por si por el enemigo y sus trampas, las aldeas de civiles no eran menos seguras: debajo de la tapa de cualquier tinaja de arroz podía encontrarse una granada con el seguro quitado y atada a un cable que estallaba en las narices o las manos del soldado en cuanto este quitaba la tapa de la tinaja. De la misma forma abrir una puerta de una choza tampoco era algo seguro, y podía ocultar desde trampas improvisadas de todo tipo, hasta granadas atadas con cables.

Un objeto aparentemente estúpido como un juguete, un soldado muerto del vietcong, o una caja de munición escondida, podía esconder perfectamente una granada debajo de ellas, con la anilla quitada y solo la maneta de la seguridad sin accionar debido a la presión encima de la misma granada, que en cuanto el objeto era levantado o movido, hacia detonar la granada y mataba o hería seriamente al imprudente soldado norteamericano.

Las tropas norteamericanas estaban obligadas a revisar a fondo las aldeas de civiles ya que en el ellas comunmente se ocultaba en ocasiones esporádicas tropas del vietcong, los surtían de comida o simplemente el vietcong guardaba pequeños depósitos de comida y armas en las aldeas. Ningún soldado yanki veterano se sentía agusto revisando una aldea de civiles y el miedo, aunque fuese infudado, a una trampa volbía a muchos soldados norteamericanos locos o paranoicos.

    

 

 

 Trampas Punji de Estacas o Pinchos

 Las trampas Punji consistían básicamente en trampas de todo tipo con de estacas de bambú afiladas, clavos oxidados o bien estacas de bambú afiladas recubiertas de excrementos para provocar rapidamente una infección al soldado herido por ellas. Mas que mortales las trampas punji, estaban destinadas a lesionar y a herir, y esto minó rápidamente la moral y la salud mental del enemigo, ya no solo por los terribles efectos de algunas trampas punji, sino también el miedo a encontrarlas en cualquier parte posible.

Había trampas punji de todos los tipos y tamaños. Algunas eran medianas y estaban bien ocultas por una falsa cubierta vegetal o de suelo falso, que cedía al peso del soldado enemigo y lo ensartaba en las estacas. Dependiendo de su tamaño una trampa punji oculta en el suelo podia herirte solo un pié o ensartarte entero. Esta es de tamaño medio y un soldado podía caer fácilmente en ella y resultar herido y por lo tanto incapacitado para el combate.

 

 

Esta otra trampa punji se activaba al abrir una puerta. Colgada del techo mediante una fina cuerda, se activaba al abrir la puerta, haciendo que el cordel se rompiese activando la trampa que caía con todo su peso ensartando al imprudente soldado enemigo.

 

Otra variante de trampa punji ideaba para atrapar y herir el pié del soldado enemigo. Para una mayor eficacia, los clavos se untaban con excrementos para provocar una infección. Si las heridas de la trampa no incapacitaban ya de por sí el pié del soldado enemigo lo haría la infección. Aunque los soldados norteamericanos con las trampas punji atrapa pies no resultaban muertos, si resultaban heridos, lo cual los obligaba a evacuarlos de la zona de combate o simplemente a incapicitarlos seriamente: un soldado con un pié herido no puede correr rápidamente y por lo tanto es una presa fácil para el enemigo.

 

Esta es una bola de pinchos punji. Una trampa temible. Se activaba al tropezar con el fino cordel que la hacía permanecer sostenida a distancia y colocada en altura. Cuando se rompía o se tropezaba con el cordel, la bola de pinchos punji caía con todo su peso hacia la cara o el torax del desafortunado soldado norteamericano.

 

 

Trampas látigo con estacas o clavos

Mortales de necesidad y una autentica pesadilla para los norteamericanos, estas peligrosas trampas del vietcong eran muy peligrosas debido a la fuerza tensionada y a sus estacas o clavos afilados y punzantes. Literalmente activar una trampa látigo significaba la muerte inmediata del soldado que acaba ensartado en las estacas con fuerza debido a la tensión contenida de la trampa. Normalmente se solian colocar en zonas de selva o senderos, donde era muy difícil localizarlas debido a que el vietcong las enmascaraba muy bien con la maleza de la selva.

Se colocaban a diversas alturas: a la altura de los pies, el torax o incluso de la cabeza. Algunas estaban ideadas con estacas de bambú fuertemente clavadas a lo largo de toda la rama. Si una escuadra de soldados caminaba mas o menos junta y activaba la trampa látigo literalmente eran barridos o muchos de ellos resultaban ensartados por las estacas. Los soldados norteamericanos literalmente les tenian pánico a este tipo de trampas.

 

 

Trampas explosivas de diversos tipos

Seguramente las mas peligrosas de todas las trampas y las que mas bajas mortales y heirdos causaron entre los soldados norteamericanos. Las había de todo tipo: minas camufladas en los lugares menos insospechados, y proyectiles enterrados que variaban desde una simple bala como la de abajo o hasta incluso obuses de mortero y artilleria camuflados y enterrados bajo el suelo.

El vietong improvisó e inventó todo tipo de trampas explosivas, desde minas de todo tipo hasta obuses de artilleria de diversos calibres enterrados y camuflados y listos para explotar al menor descuido. Algunos se colocaban en los caminos transitados de la selva para hacerlos estallar al paso de vehículos. Las minas se enterraban en casi todas las partes posibles: arrozales por donde tenian que pasar las tropas enemigas donde muy difcil o imposible localizarlas, debajo del mastil de la bandera propia el vietcong enterraba una mina o una granada que eran activadas al pisarla o al descolgar del mastil la bandera enemiga, debajo de los escombros se escondian minas de todo tipo que estallaban al pisarlos...

Los túneles también se protegian con minas y granadas ocultas.Los soldados norteamericanos normalmente no se introducian en los túneles del vietcong debido a que eran muy altos; el problema era tan gordo que tuvieron que idear unidades de soldados de baja estatura para que se metieran por los túneles, les llamaban "ratas de tunel".Llevaban solo una pistola y una linterna y tenían que enfrentarse a trampas camufladas en los túneles y al vietcong esperandoles en cada recobeco. 

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