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“Hemos encontrado casos de españoles a los que la policía sueca secuestró de su cocina sin orden judicial ni otro motivo que su condición de extranjero”

Publicado en por Skiper

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article66663

Un equipo de periodistas de investigación trabaja desde hace varios meses en el Norte de Europa con el fin de retratar mediante una serie de documentales monográficos la situación de esa nueva oleada de emigrantes españoles que han abandonado el país a causa de la recesión.

La primera escala de este periplo periodístico ha sido Escandinavia, desde donde proyectan trasladarse a Alemania y Bélgica, entre otros destinos. El responsable periodístico del proyecto, Ferran Barber, explica en la entrevista cuáles son las conclusiones a las que apuntan sus pesquisas, tras el trabajo de campo realizado en Suecia.

 

 

Fueron ustedes a documentar el dolor de los españoles y sufrieron ustedes mismos el acoso…

- Sí, en efecto, a mí me identificó la policía cinco veces durante mi primera semana en Umeå (Suecia), la capital europea de la cultura. Alguien me denunció por estar tomando fotos de un lago, algo imperdonable allí, según parece. Lo que vino después de llevar el caso a la Prensa local fue una verdadera pesadilla. Lo verdaderamente relevante para nuestros fines es que no eran hechos aislados. Sin saberlo, nos pusieron en la pista de sus propios excesos.

 

 

¿A qué se refiere?

- A que hemos encontrado casos de españoles en esa misma ciudad a los que la policía secuestró de su cocina sin una orden judicial. Simplemente irrumpieron en su casa y se lo llevaron. ¿Su delito? Ser un extranjero o tener la clásica apariencia mediterránea. Lo curioso es que Umeå se ha promocionado como la ciudad de los progresistas y la tolerancia. Es hilarante, si se piensa, que sus gobernantes ignoren o pretendan ignorar lo que pasa en las catacumbas de sus guetos periféricos.

 

 

¿De verdad lo ignoran?

- No lo quieren saber. Tampoco el profesor de universidad español, el erasmus, el médico o el periodista pagado por el Ayuntamiento para que cubra los fastos de la capital europea de la cultura se aperciben de que esto está sucediendo y juzgan el país mediante proyecciones de sus propias experiencias. El trato que te dispensan depende en buena medida del contexto social en que te desenvuelves.

 

 

¿Y son conscientes los suecos de lo que está sucediendo?

- A medias. Buena parte de la población ignora realmente que muchos compatriotas sin el fenotipo (nórdico) correcto están siendo víctimas de un verdadero acoso. Hemos documentado también casos de africanos abandonados por la policía de Umeå en medio de la nada, descalzos y a treinta grados bajo cero.

Si toda la gente supiera qué está sucediendo, se escandalizaría, porque es obvio que esa no es la sociedad en la que desean vivir el grueso de los escandinavos.

 

 

¿Cuántos emigrantes españoles hay en Escandinavia? ¿Son reales las cifras que maneja el Gobierno?

- El Gobierno cifra en unas 15.000 personas la presencia española en el conjunto de Escandinavia. En Suecia, habla de algo más de seis mil. Estas cifras están, en nuestra opinión, bastante por debajo del número real.

Particularmente, en Suecia. Hay que tener en cuenta que los obstáculos que el Gobierno sueco impone de facto (y de iure) a los recién llegados europeos, los convierte temporalmente en “parias sin derechos”. Obtener un número personal (personalnommer) es una tarea ímproba, que en el mejor de los casos, toma meses. Hay que acreditar que se tiene dinero para vivir en el país durante un año.

Y sin el número en cuestión, el europeo no tiene derecho a alquilar un piso, abrir una cuenta bancaria, suscribir un contrato de teléfono o asistir a ciertos eventos culturales. Es una forma bastante sibilina de impedir el acceso de comunitarios a su mercado de trabajo salvando la cara en la arena internacional. No te dicen que no vengas, pero te ponen tantas trabas que ponen a prueba tu paciencia y tu capacidad económica de resistencia.

 

 

¿Y qué pasa con los españoles?

- Lo mismo, pero con algún agravante. Quien se inscribe en el consulado corre el riesgo de perder ciertos derechos civiles en España como el acceso a la Sanidad, sin adquirir ninguno nuevo en el país de destino, en tanto no regularice su situación, algo que puede llevar meses o años.

Es decir, pasan al lado oscuro. Probablemente, esa es la principal razón por la que las cifras de inscritos en el consulado de Estocolmo y otros países del entorno no refleja ni de lejos el verdadero flujo de españoles al norte de Europa.

 

 

¿Cual es el perfil de los emigrantes españoles en Escandinavia?

- Una parte sustancial de los españoles que han viajado allí, lo han hecho para reunirse con su pareja sueca. Siguen teniendo complicado el acceso al mercado de trabajo, pero disfrutan de ciertas ventajas que, en circunstancias normales, les garantizan la supervivencia y una integración más rápida.

Ahora bien, incluso entre este grupo de privilegiados hay mucha gente que ha sido incapaz de hallar un empleo que merezca tal nombre tras pasar allá muchos años. Algunos niegan y maquillan su fracaso, porque se culpabilizan de él.

Hay una segunda categoría de gente la gente que ha viajado ya con un contrato. Es una minoría casi aristocrática. Los problemas de los erasmus los conocemos todos. Aquí se añade el alto coste de la vida. Tan cierto es que Suecia tiene una elevada renta per capita, como que sus ejecutivos se llevan el sándwich al trabajo envuelto en papel de aluminio. Todo es terriblemente caro.

 

 

¿Y qué pasa con los que viajan con un contrato?

- Es un caso distinto. Y aun así hemos encontrado víctimas de estafas y de explotación laboral en esta categoría de emigrantes. Hay que tener en cuenta que el trabajo es un bien escaso, tanto para los locales como los foráneos.

De todos modos, el grupo que ha sufrido más tragedias es el de la gente que se ha echado la casa a sus espaldas y ha tirado de subsidios españoles de desempleo y de ahorros personales para buscar a pecho descubierto una vida mejor en esa tierra de provisión que no lo es.

Muchos “jóvenes aventureros” lo han perdido todo en su aventura. Nuestra conclusión respecto a este grupo podría resumirse de esta forma: "Nadie en Suecia os lo va a poner fácil porque, a diferente escala, también los suecos están sufriendo la recesión. Aparcad todos los clichés sobre la Suecia opulenta y hospitalaria porque la realidad es bien distinta".

 

 

¿A qué clase de tragedias se refiere?

- Me refiero a tragedias humanas, a fracasos personales que han puesto a algunos emigrantes al borde del abismo. Cuando el Gobierno alentaba a los jóvenes a dejar el país y pasear su talento por una Europa ávida de nuestra inteligencia olvidaba un pequeño detalle.

Durante los sesenta y los setenta, fueron los propios estados del centro y del norte de Europa quienes reclamaban mano de obra cualificada para su industria en crecimiento. Los españoles, como los turcos o los italianos, fueron entonces bienvenidos. Cuarenta años después la situación es bien distinta y buena parte del empleo que ciertos países de Europa como Suecia ofrece es subempleo.

 

 

¿Habrá de todo?

- No. Si quieres trabajar dieciséis horas al día en una pizzería a cambio de mil euros mensuales, quizá puedas probar suerte. De lo contrario, va a tomarte mucho tiempo dar con un empleo que merezca ese nombre. No olvidemos que uno de cada cinco emigrantes jóvenes en Oslo son de origen sueco.

También ellos están emigrando. Por otra parte, Suecia tiene una de las tasas de crecimiento de las desigualdades más altas de la OCDE (lo cual no le impide seguir ocupando lugares de privilegio en la lista de los países más igualitarios) y un índice de desempleo juvenil cercano al 25 por ciento.

 

 

Ha faltado información…

- Información y empatía por el sufrimiento de los ciudadanos. Tenemos que informar adecuadamente, en lugar de proyectar hologramas. Aquí se ha hecho la cuenta de la vieja: entre los gastos sociales que nos ahorramos recortando los derechos de los exiliados y los ingresos extras que obtenemos a través de la transferencia de dinero, a lo mejor tenemos suerte y cuadramos el balance.

Lo que la cuenta de la vieja no contabilizaba es el clima de hostilidad al extranjero que se respira en toda Europa, ni los problemas económicos que el resto de países también están sufriendo o las respuestas tribales que las sociedades europeas están dando a los problemas globales que han desencadenado la recesión.

 

 

Que nadie espere comités de bienvenida…

- Exacto. Las imágenes que hemos visto de jóvenes españoles estafados en Erfurt (Alemania) o los compatriotas que retrató una cadena de televisión en Noruega rebuscando entre la basura no son casos aislados. Los suizos ya han expresado en referéndum su voluntad de limitar los cupos de mano de obra europea.

Alemania y el Reino Unido han anunciado que recortarán los derechos de los solicitantes europeos de empleo. Bélgica ha expulsado a centenares de europeos, entre ellos españoles, bajo el supuesto de carga irracional.

Decía usted recientemente que una naranja lo tendría mejor que un ser humano para abrirse camino en Suecia. Eso contradice abiertamente la imagen de sociedad “cuasi perfecta” que proyectan habitualmente los medios de comunicación.

 

 

Existen estereotipos positivos que se transmiten por repetición y perpetúan la mentira. Le pondré varios ejemplos que recogía recientemente The Guardian, haciéndose eco de un libro magnífico del británico Michael Booth sobre “la gente casi perfecta”. De acuerdo a las estadísticas, los daneses son los habitantes más felices de Europa. Curiosamente, las estadísticas también afirman que están a la cabeza del consumo de anti depresivos.

 


El caso de Suecia es incluso más disparatado. Quizá recuerden que Julian Assange describió el país como una “dictadura feminista”, y lo cierto es que los suecos se toman verdaderamente en serio todas estas cuestiones relacionadas con la igualdad de género, lo cual es loable.

Ahora bien, hace unos días nos hemos enterado que están a la cabeza del número de denuncias por delitos sexuales y maltratos. También están a la cabeza del índice de divorcios y son unos de los diez mayores exporadores de armas del planeta, pese a la supuesta neutralidad de la que llevan décadas vanagloriándose. Sorprendente, ¿no?

 

 

¿Y a dónde nos lleva esto?

- Básicamente, a que las estadísticas no están expresando la verdadera realidad de estos países, sino la simpatía de los encuestadores y la prensa anglosajona por los “scandies”, así como la imagen auto-complaciente que algunos escandinavos tienen de sí mismos o el desconocimiento que posee esa sociedad acerca de sí misma.

Fíjese que las estadísticas también apuntan a que los suecos son los menos xenófobos de Europa, amparándose en una pregunta que los encuestadores hacían a los encuestados: “¿Le importaría a usted tener a un extranjero por vecino?”.

Curiosamente, un elevado porcentaje de los emigrantes e hijos suecos de emigrantes viven en guetos situados en las periferias de las ciudades, sin mantener contacto alguno con los aborígenes. Que cada cual saque sus conclusiones. Ni existe el milagro sueco, ni menos todavía, la sociedad perfecta. Esto es algo que los expatriados españoles deben saber para no llevarse sorpresas.

 

 

¿También los suecos están sufriendo esta crisis global?

- Cierto, aunque a una escala mucho menor y con un sistema de protección social mucho mejor que el nuestro. Pero aun así, hemos encontrado curas que admitían que, por primera vez, existen familias que acuden a buscar comida a las iglesias, dado que los servicios sociales no pueden soportar la carga. Ya no hay policía capaz de despejar los centros de las ciudades a todos los homeless.

Naturalmente, la Administración sueca niega estos hechos y se da por ofendida. Es su trabajo, claro. Corren buenos tiempos para el chovinismo. En estas circunstancias, culpar al extranjero de los problemas domésticos o estereotiparlos como saqueadores de sus sistemas de protección social son argumentos que han encontrado eco en amplios sectores de la población de Suecia y de toda Europa. Afortunadamente, muchos suecos se abochornan de ello y están saliendo a la calle a defender la libertad y la tolerancia.

 

 

Suecia está también a la cabeza de todas las listas europeas en lo que a aceptación de cupos de refugiados se refiere.

- Suecia aceptó nuevos cupos de refugiados sirios este año y publicitó generosamente esta decisión. También eso es loable. El problema es que están fracasando a la hora de integrar a los recién llegados bajo el modelo de multiculturalidad que diseñaron sus ingenieros sociales.

Existen muchas pruebas de ese fracaso. Ahora se cumple un año de las violentas revueltas y algaradas que tuvieron lugar en los aledaños de Estocolmo y Malmoe, entre otras ciudades. Recuerdo que la Prensa internacional se quedó estupefacta al ver coches arder en los guetos de las mayores ciudades suecas y acostumbraba a referirse a los sucesos con titulares del estilo de “si esto sucede en Suecia, ¿qué es lo que nos espera al resto?”.

Una vez más, estaban aplicando estereotipos que sesgaban en positivo la correcta interpretación de los sucesos. No sólo no es sorprendente que esto ocurra en Suecia. Es inevitable.

 

 

Probablemente, estamos también ante una manifestación de la peligrosa deriva hacia el fascismo que está dando una parte de la sociedad sueca…

- El problema en Suecia no es la emergencia de movimientos nazis. Es decir, esto es sólo un indicador del clima social que se respira, la punta del iceberg de una disfunción social mayor.

El problema es una xenofobia estructural que penetra a diferentes niveles las instituciones. Amplias capas de la sociedad son completamente impermeables de facto a la diversidad, pese al discurso formal de “tolerancia” que reproducen los medios y a todas las manifestaciones antifascistas que se organizan semanalmente.

Al igual que sucede en España, hay mucha gente que mantiene un discurso formal de tolerancia, pero que no actúa en consecuencia. Me viene ahora mismo a la cabeza uno de los fundadores suecos de The Pirate Bay cuyos testimonios se recogen en el soberbio documental de Simon Klose arremetiendo en plena borrachera contra los extranjeros, mientras sus colegas se declaran progresistas y de izquierda.

 

 

Es una xenofobia solapada, soterrada…

- Exacto. Es una xenofobia sepultada bajo toneladas de corrección política. La corrección política ha florecido en Suecia como una religión secular sobre el sustrato de su puritanismo luterano precedente. Tolerancia cero a las drogas. Tolerancia cero al grafitti, como bien sabe Banksi. Tolerancia cuasi cero a la diferencia y la individualidad.

Tal y como denunciaba Wikileaks o el propio Michael Booths, el control del Estado sobre la vida social es eventualmente asfixiante y cuasi totalitario, sólo que los suecos no lo saben porque han crecido sometidos a la conformidad y el jamtelagen.

También yo creo, como Assange, que Suecia es la China del norte. ¿En qué se traduce esto? En que no hay peor que racismo que el de baja intensidad. Es el peor porque se concreta en pequeños detalles desequilibrantes, difíciles de describir y aún más de denunciar.

 

 

¿Y cuáles son sus conclusiones?

- Nuestra conclusión es que los Gobiernos europeos están rediseñando sus políticas migratorias al dictado de los partidos de Extrema Derecha que están cobrando fuerza en sus parlamentos y fuera de ellos. El problema no son los partidos fascistas, sino el modo en que la derecha supuestamente moderada se está apropiando de su discurso anti emigración. Y sobre todo, el modo en que esas ideas están penetrando en amplios sectores de las poblaciones europeas.

 

 

ACERCA DE FERRAN BARBER:

Ferran Barber es escritor y periodista aragonés. Autor de varios libros, ha dirigido largometrajes documentales sobre asuntos internacionales y ha viajado por medio planeta escribiendo reportajes de orientación social para distintos diarios y semanarios españoles.

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