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A los “científicos del clima” emocionalmente inestables no les gusta que los critiquen, corren hacia su padre (Nature)

Publicado en por Skiper

A los “científicos del clima” emocionalmente inestables no les gusta que los critiquen, corren hacia su padre (Nature)

Fuente: https://wattsupwiththat.com/2024/10/27/emotionally-unstable-climate-scientists-dont-like-being-criticized-run-to-daddy-nature/

Traducción y corrección de la traducción: Skiper

El artículo de The Guardian titulado “También tenemos emociones”: Los científicos del clima responden a los ataques a la objetividad es un notable ejercicio de autocompasión, en el que los científicos del clima se desahogan sobre las críticas supuestamente injustas que enfrentan. Se trata de una reacción a la reacción recibida tras la publicación de una encuesta idiota por parte de The Guardian en mayo pasado.

Estos autoproclamados salvadores del clima insisten en que sus proyecciones deben aceptarse sin cuestionamientos y, cuando no es así, se quejan de lo duro e injusto que ha sido el mundo con ellos. No se trata de un ataque a la ciencia, sino de egos frágiles que protestan cuando el resto de nosotros nos negamos a aceptar su narrativa apocalíptica.

A los “científicos del clima” emocionalmente inestables no les gusta que los critiquen, corren hacia su padre (Nature)

Los investigadores dijeron que habían sido objeto de burlas por parte de algunos científicos después de participar en una gran encuesta de expertos del Guardian en mayo, durante la cual ellos y muchos otros expresaron sus sentimientos de miedo extremo sobre los futuros aumentos de temperatura y el fracaso del mundo a la hora de tomar medidas suficientes. Dijeron que les habían dicho que no estaban cualificados para participar en este amplio debate sobre la crisis climática, que estaban difundiendo un mensaje catastrófico y que no eran imparciales.

Sin embargo, los investigadores afirmaron que aceptar sus emociones era necesario para hacer buena ciencia y era un estímulo para trabajar en mejores formas de abordar la crisis climática y el daño cada vez mayor que se está haciendo al mundo. También dijeron que quienes desestimaban sus temores como agoreros y alarmistas hablaban con frecuencia desde una posición privilegiada en los países occidentales, con poca experiencia directa de los efectos de la crisis climática.

La verdadera “crisis”: los sentimientos heridos
El artículo de The Guardian está lleno de quejas de los científicos del clima por las críticas que reciben, una situación que aparentemente les causa gran angustia. Se quejan del escepticismo público como si fuera una especie de ataque a su bienestar personal. En una sección particularmente melodramática, un científico se queja de que lo llamen “mentiroso” en las redes sociales.

Bueno, bienvenidos al mundo del debate público, donde la gente escudriña, cuestiona y sí, a veces rechaza con rudeza las afirmaciones que parecen dudosas. Pero The Guardian parece decidido a presentar a estos profesionales no como investigadores robustos capaces de manejar las críticas, sino como flores delicadas que se marchitan bajo el duro resplandor de la duda pública.

En lugar de abordar críticas sustanciales (como los modelos climáticos fallidos, las predicciones inconsistentes o el hecho de que las políticas climáticas a menudo hacen más daño que bien), estos científicos recurren a apelaciones emocionales. Argumentan que las duras palabras del público son una amenaza tan grande como el propio cambio climático. Incluso sugieren que la “ansiedad climática” se ve exacerbada por el “abuso en línea” de los escépticos. Entonces, aclaremos esto: los modelos pueden manejar los cálculos complejos de las tendencias del calentamiento global, pero los científicos no pueden manejar los tuits malintencionados.

La “toxicidad” del escepticismo
Un tema que domina el artículo de The Guardian es la caracterización que hacen los científicos del escrutinio público como “tóxico”. Es una estrategia retórica inteligente, diseñada para hacer que las críticas parezcan no sólo equivocadas sino moralmente incorrectas. Al enmarcar a los disidentes como agresores que “dañan” a los científicos, el artículo intenta dar vuelta la situación: de repente, ya no se trata de si los modelos climáticos resisten el escrutinio, sino de si los críticos están hiriendo los sentimientos de los científicos.

En todo caso, esta retórica expone la poca confianza de los científicos en sus propias predicciones. Las personas que confían en sus datos no se derrumban cuando se les cuestiona. Se involucran, aclaran y persuaden. Pero aquí, en lugar de presentar evidencias contundentes para silenciar a sus críticos, los científicos del clima quieren compasión. Es un enfoque profundamente poco serio para un campo que supuestamente determina el destino de nuestro planeta.

La crítica de Ben Pile en el Daily Skeptic dio en el clavo cuando observó que la tendencia actual entre los científicos del clima es tildar a los escépticos no sólo de equivocados, sino de peligrosos. Al desviar la atención hacia la supuesta “toxicidad” de la crítica, los científicos evaden los problemas reales, como por qué sus modelos a menudo se alejan de la realidad o por qué las predicciones de catástrofes inminentes se siguen retrasando como un mal horario de trenes.

Creo que esa es la implicación de la serie de artículos de Carrington en The Guardian y de su encuesta. Muestra que, no obstante, a las personas sin conocimientos científicos de los que hablar se las presenta rutinariamente como "científicos" y expertos. Muestra que incluso quienes tienen conocimientos científicos se apartan feliz y radicalmente tanto de la posición de consenso como de los datos objetivos sobre los fenómenos meteorológicos y sus impactos sociales.

Y muestra que no tienen reparos en utilizar su propia angustia emocional como palanca para coaccionar a los demás. Carrington cree que mostrarnos los problemas emocionales de los científicos nos convencerá de compartir su ansiedad. Pero lo único que demuestra es que sería profundamente estúpido someterse a la autoridad de la ciencia climática. Es un caos inestable. La ciencia debe ser fría, tranquila, racional, distante y desinteresada, o no es más que una tontería.

El victimismo como escudo
Todo un berrinche (véase asesinato de cuervos, manada de ballenas) de llorones climáticos se escabulleron a su refugio ideológico, Nature Climate Change, para pedir ayuda. Verán, cuando el escepticismo público se volvió demasiado para sus frágiles nervios, este berrinche se dirigió directamente a “papá”, con la esperanza de una palmadita en la espalda y una botella caliente de validación.

¿Y qué mejor lugar que Nature, una publicación que se desvivirá por apuntalar sus narrativas emocionales?. Estos científicos claramente necesitaban un espacio seguro donde sus sentimientos pudieran ser acariciados, en lugar de cuestionados. Olvídense de la defensa rigurosa de sus modelos y teorías: no, no, esta vez se trataba de defender sus delicadas psiques de los grandes y malos escépticos de Twitter.

A los “científicos del clima” emocionalmente inestables no les gusta que los critiquen, corren hacia su padre (Nature)

El artículo de Nature no es sólo una petición de compasión pública, sino una rabieta total disfrazada de comentario académico. Los autores no están interesados ​​en la ciencia dura ni en el debate: quieren terapia. Con cara seria, argumentan que la crítica pública es similar al abuso, reduciendo el discurso científico a una cuestión de resiliencia emocional. Así que, en lugar de refinar sus modelos, esta rabieta de quejumbrosos quiere que el resto de nosotros aceptemos que los sentimientos heridos son una base legítima para la política climática.

El artículo de Nature redobla la apuesta por esta narrativa victimista, describiendo a los científicos como agobiados no sólo por la amenaza existencial del cambio climático, sino también por la hostilidad del público. Los autores se empeñan en equiparar la investigación climática con los reportajes de guerra en primera línea, como si publicar proyecciones nefastas sobre X fuera lo mismo que esquivar balas. Se trata de un intento transparente de invocar simpatía y eludir las críticas. Si los científicos pueden presentarse como víctimas de un público cruel, entonces sus argumentos se vuelven intocables.

El artículo del Guardian amplifica aún más este tema, retratando a los científicos como mártires incomprendidos que soportan el peso emocional de prever un futuro sombrío. Es como si ser escéptico ante proyecciones poco fundamentadas le convirtiera a uno en un torturador de nobles buscadores de la verdad. La narrativa es clara: “No nos cuestionen, o serán parte del problema”. Pero cuando el discurso científico se convierte en una postura moral, pierde su credibilidad y comienza a parecerse a una campaña política, impulsada por la manipulación emocional en lugar de la evidencia.

Lágrimas en las redes sociales
Por supuesto, ningún artículo sobre el sufrimiento de los científicos estaría completo sin una buena dosis de victimismo en las redes sociales. El artículo de The Guardian presenta quejas sobre el “abuso” en línea, ya que los científicos relatan experiencias desgarradoras de ser criticados en plataformas sociales como X. Según estos investigadores supuestamente duros, el mundo en línea es un lugar mezquino donde la gente dice cosas desagradables sobre sus predicciones.

Esto es casi cómico. Después de todo, las redes sociales son un campo de batalla de ideas, no un espacio seguro para expertos mimados. Si los científicos no pueden manejar las críticas en X, ¿Cómo pueden esperar soportar el escrutinio de la revisión por pares o el debate público?. Ben Pile señala acertadamente que las quejas de los científicos del clima sobre el “abuso” de las redes sociales a menudo sirven como excusa para acallar por completo el disenso. En lugar de abordar las críticas, estos científicos prefieren hacerse las víctimas, utilizando sus heridas emocionales como escudo contra las preguntas legítimas.

La “ciencia” como cruzada moral
El tono melodramático del artículo del Guardian se corresponde con su lenguaje moralista. Intenta convertir la ciencia en una cruzada, presentando a los científicos del clima como guerreros justos que luchan contra las fuerzas de la ignorancia y la negación. Este planteamiento no sólo es condescendiente, sino manipulador. Al presentar a los científicos del clima como cruzados virtuosos, el artículo da a entender que sus oponentes no sólo están equivocados, sino que son inmorales.

Los científicos incluso logran que sus emociones parezcan una insignia de honor, argumentando que su desesperación por el cambio climático legitima de algún modo su trabajo. Pero en realidad, los arrebatos emocionales y la grandilocuencia moral son signos de debilidad, no de fortaleza. Se supone que los científicos deben ser objetivos y desapasionados, rasgos que hacen que sus conclusiones sean fiables y no estén sujetas a sesgos personales o manipulación emocional.

La ironía es palpable: los mismos científicos que afirman guiarse por la evidencia recurren a apelaciones emocionales cuando la evidencia no convence. Es una estrategia diseñada para sofocar el debate en lugar de fomentarlo. Al convertir la crítica en una forma de agresión, estos científicos están diciendo en realidad: “Si no estás de acuerdo con nosotros, contribuirás a nuestro sufrimiento emocional”. Esto no es ciencia, es chantaje emocional.

El escrutinio público es algo bueno
Contrariamente a las quejas de The Guardian, el escrutinio público no es un ataque a la ciencia, sino una parte vital de ella. El método científico prospera gracias al escepticismo, la crítica y la revisión. Cuando los modelos climáticos no logran predecir la realidad con precisión, la respuesta adecuada no es mimar los sentimientos de los científicos, sino exigir modelos mejores. Si los científicos que aparecen en The Guardian no pueden manejar eso, están en el campo equivocado.

Esta reacción susceptible a las críticas es particularmente preocupante si se tienen en cuenta los cambios radicales de políticas que se basan en proyecciones climáticas. La prisa por alcanzar el cero neto, por ejemplo, tiene profundas implicancias para los costos de la energía, el empleo y la desigualdad global. El escepticismo público no sólo está justificado, sino que es esencial. Si los científicos del clima esperan que se los tome en serio, deberían aceptar las preguntas difíciles, no rehuirlas.

Conclusión: animarse o retirarse
El artículo de The Guardian ofrece una ventana al estado actual de la ciencia climática, un campo cada vez más dominado por la manipulación emocional en lugar del rigor empírico. Las quejas de los científicos por las críticas revelan más sobre sus propias inseguridades que sobre la validez de sus afirmaciones. Si estos investigadores quieren ser vistos como creíbles, necesitan endurecerse. La ciencia real no se esconde detrás de las emociones; enfrenta el escrutinio de frente y acepta los desafíos como un medio para mejorar sus hallazgos.

Así pues, a los científicos del clima que se quejan de los “abusos” en X: endurezcan su actitud. Si no pueden defender sus modelos y predicciones frente a las críticas públicas, tal vez no tengan tanta confianza en sus conclusiones como dicen tener. Y a The Guardian, que parece decidido a proteger a estos delicados “guerreros” de las críticas: dejen de intentar convertir el escepticismo en un pecado. El futuro del planeta merece algo mejor que un grupo de científicos quejumbrosos que buscan compasión en lugar de soluciones.

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Un informante del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS) admite que un ciberataque de "bandera falsa" el 5 de noviembre manipulará las elecciones a favor de Kamala Harris

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Un informante del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS) admite que un ciberataque de "bandera falsa" el 5 de noviembre manipulará las elecciones a favor de Kamala Harris

Fuente: https://thepeoplesvoice.tv/dhs-insider-admits-false-flag-cyber-attack-on-nov-5-will-rig-election-for-harris/

Traducción y corrección de la traducción: Skiper

La élite global ha señalado el 5 de noviembre como un día de carnicería y destrucción en todo Estados Unidos, con un ataque de múltiples frentes contra el pueblo estadounidense que incluirá un ciberataque devastador que desconectará al público de Internet y hundirá a la nación en el caos, lo que permitirá a la élite implementar la siguiente fase de su plan maestro totalitario.

¿Cómo lo sabemos?. Como es habitual, nos han contado todos sus planes con antelación. Los preparativos para el evento de bandera falsa están en marcha y los que están prestando atención están viendo evidencia del engaño ante nuestros propios ojos.

La élite globalista no puede dejar de hablar de su agenda para esclavizar a la humanidad, y ahora se están volviendo específicos con sus planes. Tres importantes fuentes de seguridad nacional han filtrado que un ciberataque generalizado es INMINENTE y que tiene el potencial de ser tan grande o mayor que el 11 de septiembre.

Antes de entrar en detalles, no hace falta decir que todos los norteamericanos deberían tener suficiente comida, agua y medicinas para sobrevivir durante unos meses. Según los que están al tanto, cuando la infraestructura falla, puede permanecer así durante mucho tiempo.

Estos son tiempos críticos, como informan nuestros amigos de LFA TV, porque el Departamento de Seguridad Nacional está llevando a cabo un ejercicio de simulación de alto nivel para una interrupción masiva de la seguridad cibernética, espérelo, el 5 de noviembre. Día de elecciones.

Sí, has oído bien. Y sí, como siempre, tenemos los recibos. La élite mundial tiene antecedentes de realizar ejercicios de preparación y de simulación de alto nivel que, coincidentemente o no, reflejan crisis del mundo real que tienen lugar al mismo tiempo. El 11 de septiembre, el ejército estadounidense estaba realizando tantos ejercicios de secuestro que confundió a las defensas aéreas sobre lo que estaba sucediendo. Antes de la pandemia de Covid, existía el Evento 201.

Es absurdo y la lista es interminable. El atentado con bombas en la maratón de Boston, el de Sandy Hook y el tiroteo de Las Vegas... todos ellos tenían simulacros de preparación para los mismos hechos que tuvieron lugar el mismo día de los hechos. Si esto suena descabellado es sólo porque quizá aún no comprendas el nivel de desesperación que se apodera de la élite global y del Estado Profundo en este momento.

El 5 de noviembre son unas elecciones que no pueden permitirse perder, aunque saben que no pueden ganar. Los poderosos están más asustados que nunca mientras la gente de todo el mundo se alza, exponiendo la corrupción y exigiendo responsabilidades. La camarilla sabe que se le acaba el tiempo y sus miembros van cayendo uno a uno. No le sorprenderá saber que las huellas de Bill Gates y Klaus Schwab están por todas partes en este ciberataque.

La comunidad de inteligencia también prevé un corte de energía cerca del día de las elecciones. Para conveniencia de la élite global, Estados Unidos, bajo el régimen de Biden y Harris, no ha implementado ninguna protección contra esta amenaza bien establecida.

Según fuentes de inteligencia, es probable que el ciberataque sea una operación de falsa bandera para inducir lo que ellos llaman “sentimiento”. El “sentimiento” estará orientado a introducir poderes ejecutivos de emergencia, lo que a su vez creará la ley marcial. En ese momento, las elecciones se detendrán y el Estado administrativo conservará el poder bajo una apariencia falsa.

Lo cual es conveniente, considerando que el Foro Económico Mundial ha estado participando en una programación predictiva de este mismo evento. La programación predictiva es un ritual oculto utilizado por la élite global en el que sutilmente insinúan eventos futuros en los medios y el entretenimiento, condicionando al público a aceptar esos resultados como inevitables.

Al presentar estos escenarios con antelación, obtienen el “consentimiento implícito” de la humanidad, lo que hace más fácil llevar a cabo sus agendas sin resistencia. Como admite el Foro Económico Mundial, “el momento es ahora”. Resulta que nos han estado proporcionando un cronómetro de cuenta regresiva. Como nos advirtió Whitney Webb en 2023, anunciaron que el ciberataque se produciría antes de enero de 2025. Whitney Webb sabe lo que hace, pero por si quieres confirmarlo, aquí tienes la fuente.

Klaus Schwab no ha podido contener su excitación desquiciada por el inminente ciberataque que la élite disfruta diciendo que tendrá características similares a las del Covid. Pero no todo está perdido. ¿Qué podemos hacer al respecto?.

En primer lugar, no hace falta decirlo: no se debe dar el consentimiento. La programación basada en el miedo ya no funciona con nosotros.

En segundo lugar, debemos difundir la verdad. Somos más y más poderosos que ellos. Esto es algo que no debemos olvidar nunca.

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Un informante del Foro Económico Mundial revela que hay 30 millones de papeletas falsas listas para ser inyectadas en la noche de las elecciones

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Un informante del Foro Económico Mundial revela que hay 30 millones de papeletas falsas listas para ser inyectadas en la noche de las elecciones

Fuente: https://thepeoplesvoice.tv/wef-insider-reveals-30-million-fake-ballots-injected-election-night/

Traducción y corrección de la traducción: Skiper

La élite mundial ha analizado meticulosamente la situación y ha llegado a la conclusión de que la candidata demócrata Kamala Harris perderá el voto popular por una asombrosa diferencia de 30 millones de votos este noviembre. Así lo afirma un contratista del Foro Económico Mundial, que advierte que se está llevando a cabo una operación encubierta para lidiar con lo que la élite llama el “déficit” de votos demócratas necesarios para lograr el “resultado óptimo”.

Esta operación de fraude electoral de múltiples frentes tiene como objetivo socavar la integridad misma de nuestro proceso electoral e incluye la inyección de decenas de millones de papeletas falsas en el sistema, porque según un documento interno del Foro Económico Mundial, el pueblo estadounidense necesita “asistencia” para elegir al candidato correcto “para su propio beneficio”.

Después de las elecciones de 2020, las plataformas de redes sociales tomaron medidas enérgicas contra los llamados “negacionistas electorales”, expulsando a millones de estadounidenses patriotas de sus plataformas, y las empresas de máquinas de votación persiguieron a cualquiera que se atreviera a plantear preocupaciones.

Pero hay algo que quizás no sepas: en 2020, un conductor de camión de USPS afirmó bajo juramento que conducía uno de varios camiones llenos de al menos un millón de papeletas completadas desde Nueva York a otros estados. No es solo una teoría de la conspiración. Es un testimonio real con evidencias sobre un millón de votos fraudulentos a favor de Biden, enterrados e ignorados por los medios. No quieren que lo sepas.

Profundizaremos en ese caso condenatorio más adelante. Es fundamental que más personas conozcan la verdad porque la élite global manipuló las elecciones estadounidenses una vez y ahora se está preparando para hacerlo nuevamente. Los primeros votantes ya están informando que sus votos están pasando de Donald Trump a Kamala Harris. Si tienen éxito, cambiarán el curso de la nación —quizás incluso del mundo— para siempre.

Según un hombre que trabaja como contratista para el Foro Económico Mundial de Davos, entre otras organizaciones internacionalistas, la élite cree que ha perfeccionado el ataque de múltiples frentes al sistema electoral y que está enviando decenas de millones de papeletas falsas a los estados indecisos en este preciso momento.

La élite mundial se salió con la suya en 2020 y ahora está decidida a repetir el truco y exigir rescate al pueblo estadounidense. Los principales actores de las elecciones, incluido Dominion Voting Systems, están amenazando con perseguir y destruir a cualquiera en las redes sociales que se atreva a cuestionar su integridad electoral, independientemente de la evidencia que tengan sobre criminalidad.

Las élites ya han preparado el escenario y han borrado sus huellas antes de que se celebren las elecciones. Si queremos detenerles, tenemos que aprender de la historia y ver cómo se ha hecho antes.

El abogado Brian Della Rocca presentó una denuncia en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Maryland el viernes, presentando evidencia contundente de que USPS envió ilegalmente más de un millón de papeletas electorales fraudulentas por correo desde Bethpage, Nueva York, a Pensilvania el 21 de octubre de 2020.

En resumen: el conductor del camión Jesse Morgan transportó 20 cajas Gaylord, cada una con decenas de miles de papeletas de voto por correo. Como mínimo, Morgan llevaba un millón de papeletas falsas para Biden, ya firmadas y listas para enviar.

Patrick Byrne, un destacado defensor del republicanismo constitucional para el gobierno, nos explica los detalles. Como explica Patrick Byrne, los demócratas robaron Pensilvania a través de un esfuerzo de fraude electoral de múltiples frentes que involucró máquinas y paletas de papeletas enviadas a lugares clave en el estado en la parte trasera de camiones del USPS.

No se trata de una teoría conspirativa, sino de una conspiración en toda regla. Tenemos pruebas contundentes y concluyentes. Cada paso de esta cadena de suministro de papeletas falsas incluye a cientos de personas cómplices de una conspiración para robar las elecciones y silenciar la voz del pueblo estadounidense. Envalentonados por su éxito en 2020 y la falta de consecuencias, planean hacerlo de nuevo.

El caso que Byrne estaba describiendo está ahora ante un juez federal en Maryland y, sin embargo, los medios de comunicación tradicionales siguen desempeñando su papel en el encubrimiento al negarse a reconocer la existencia del caso. Los medios liberales están trabajando horas extra para convencer al mundo de que las elecciones estadounidenses no pueden ser manipuladas, aunque lo hemos visto suceder ante nuestros propios ojos.

Haz tu parte compartiendo este viideo y difundiendo el mensaje. La élite mundial está manipulando abiertamente las elecciones y depende de ti alertar a la mayor cantidad de personas posible sobre su agenda malvada y lo que tienen planeado para Estados Unidos.

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Todo es geopolítica: Rusia y los BRICS avisan a Occidente, el plan final de Israel y la OTAN acusa

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Descubren agentes en línea vinculados a Pekín que se hacen pasar por estadounidenses para sembrar división y caos antes de las elecciones de 2024

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Descubren agentes en línea vinculados a Pekín que se hacen pasar por estadounidenses para sembrar división y caos antes de las elecciones de 2024

Fuente: https://www.naturalnews.com/2024-10-21-chicom-online-operatives-sowing-division-chaos-election.html

Traducción y corrección de la traducción: Skiper

Agentes del Partido Comunista Chino (PCCh) se están haciendo pasar por ciudadanos estadounidenses en las plataformas de redes sociales para influir en el resultado de las elecciones de 2024.

El informe proviene de la empresa de inteligencia Graphika, que advirtió que las plataformas de redes sociales con acceso a grandes sectores de la sociedad estadounidense están siendo infiltradas por perfiles populares que promueven contenido destinado a impulsar mensajes divisivos antes de las elecciones.

La operación, bautizada como "Spamouflage" o "Dragonbridge", difunde una mezcla de spam, propaganda dirigida y videos e imágenes alterados de políticos en plataformas de redes sociales como TikTok. 

El Spamouflage habría estado influyendo en las elecciones estadounidenses de 2017, pero en los últimos meses ha intensificado sus actividades a medida que se acercan estas elecciones cruciales. El equipo de investigación de Graphika cree que la operación ha aprovechado miles de cuentas populares en más de 50 sitios web, foros y plataformas de redes sociales.

"La principal conclusión de este informe es que Spamouflage se ha vuelto más agresivo en sus esfuerzos por infiltrarse e influir en las conversaciones políticas estadounidenses", advirtió Jack Stubbs, director del equipo de investigación de Graphika. "Esto es importante porque demuestra que las operaciones de influencia chinas dirigidas a Estados Unidos están evolucionando, participando en conductas engañosas más avanzadas y apuntando directamente a estas divisiones orgánicas pero hipersensibles de la sociedad".

China niega vínculos con operaciones de influencia de Spamouflage
Un ejemplo de una cuenta de influencia china sofisticada es Harlan Report, una cuenta en TikTok que se presenta como un programa de noticias en línea emergente como muchos otros. Su biografía en TikTok afirma que su objetivo es "hacer que los medios estadounidenses vuelvan a ser grandiosos", lo que indica que puede tener una inclinación conservadora en sus informes.

Harlan Report lleva meses publicando vídeos que parecen genuinamente destinados a exponer la corrupción gubernamental y a contraatacar el panorama mediático que, según cree, ha estado demasiado dominado por fuentes de izquierda. El análisis señaló que las publicaciones de Harlan Report en Tiktok a menudo presentan audio alterado y subtítulos erróneos para sugerir que los políticos hicieron comentarios que fueron más ofensivos de lo que realmente fueron.

La cuenta publicó decenas de vídeos entre mayo y septiembre, cuando TikTok la baneó permanentemente por violar sus normas comunitarias. Uno de sus videos en julio obtuvo más de 1,5 millones de vistas antes de que la cuenta fuera cerrada.

Otro ejemplo importante destacado por la empresa de inteligencia es el de cómo los agentes de Spamouflage se hacen pasar por activistas estadounidenses contra la guerra en Internet. Utilizando varias cuentas en X, antes Twitter, los agentes ayudaron a crear memes virales que calificaban al expresidente Donald Trump de "fraude" y llamaban al presidente Joe Biden "cobarde".

La voluntad de atacar tanto a demócratas como a republicanos demuestra que el mensaje de la operación no parece favorecer a un lado del espectro político y que su objetivo es simplemente amplificar todas las críticas existentes hacia la sociedad estadounidense, el gobierno y los principales políticos para sembrar división y caos.

En una declaración, Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, DC, negó todas las acusaciones de que el PCCh es el principal controlador de las operaciones de Spamouflage.
"China no tiene intención ni va a interferir en las elecciones estadounidenses y esperamos que el lado estadounidense no haga de China un problema en estas elecciones", afirmó Liu.

Mire este clip de la secretaria de prensa nacional del expresidente Donald Trump, Karoline Leavitt, analiza cómo el plan fiscal de la vicepresidenta Kamala Harris incentiva el crecimiento del empleo en China, no en Estados Unidos.

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