Profecías de la Virgen de la Salette
Fuente: http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/n2530815.htm
La semana pasada les compartí parte de las profecías de Juan XXIII que quizás sacudieron su mente. Les pido mucha apertura para estas profecías que contrario a la voluntad de la Virgen de que fueran reveladas fueron celosamente escondidas, pero ya es el tiempo de las revelaciones, de que caigan los velos, recordemos las palabras de Jesús: "Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" y el Internet nos está ayudando a conocer muchas verdades.
Curiosamente estas profecías sobre la Iglesia coinciden con las anunciadas por el papa Juan XXIII.
APARICION DE LA SANTISIMA VIRGEN EN LA SALETTE
El 19 de septiembre de 1846 se apareció la Santísima Virgen en La Salette (Francia), a dos pastorcitos naturales de Corps: Melanie Calvat de 15 años, y Maximin Giraud de 11. La Santísima Virgen les confió un secreto, unas advertencias para los tiempos venideros: "El secreto de La Salette".
Melanie Calvat probó en varios conventos, no fue admitida a los votos perpetuos. Melanie, estigmatizada y bajo constante dirección espiritual del obispo de Lecce, un virtuoso varón, murió en Italia, el 14 de diciembre de 1904, a los 73 años de edad. Maximin Giraud quiso estudiar teología, después medicina. Fue siervo papal; murió en su patria a los 38 años de edad.
SECRETO
Así habló la Virgen a la pequeña campesina:
"Melanie, esto que yo te voy a decir ahora no será siempre secreto; puedes publicarlo en 1858: Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes..., por su mala vida, por sus irreverencias e impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. ¡Sí!, los Sacerdotes piden venganza y la venganza pende de sus cabezas.
¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a Dios que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no se encuentra nadie que implore misericordia y perdón para el Pueblo. Ya no hay almas generosas ni persona digna de ofrecer la víctima sin mancha al Eterno, en favor del mundo.
Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la Tierra...! Dios va a derramar su cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos. Los jefes, los conductores del Pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la serpiente antigua poner divisiones entre los soberanos, en las sociedades y en las familias.
(...) La sociedad está en vísperas de las más terribles calamidades y los más grandes acontecimientos. Se verá obligada a ser gobernada por una vara de hierro y a beber el cáliz de la cólera de Dios. Que el Vicario de mi Hijo, el soberano Pontífice Pio IX, no salga ya de Roma después del año de 1859; pero que sea firme y generoso; que combata con las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él.
(...) Italia será castigada por su ambición de querer sacudir el yugo del Señor de los Señores. (...) La sangre correrá por todas partes. Las Iglesias serán cerradas o profanadas. Los Sacerdotes y religiosos serán perseguidos. (...) Muchos abandonarán la Fe, y el número de sacerdotes y religiosos que se separarán de la verdadera religión será grande. Entre estas personas se encontrarán incluso Obispos.
Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores de milagros, pues llega el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra y en los aires. (...) Lucifer, con gran número de demonios, serán desatados del Infierno; abolirán la fe, aún entre las personas consagradas a Dios.
(...) Muchas casas religiosas perderán completamente la fe y perderán a muchísimas almas. Los malos libros abundarán en la Tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios. Habrá Iglesias para servir a esos espíritus. (...) ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas, a poner a salvo su autoridad y dominar con orgullo!
Hemos estado observando que cada vez mas menos gente acude a las iglesias decepcionadas por las acciones de los sacerdotes, de manera que la profecía se está cumpliendo.
Continuará...
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