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¿Puede estallar en España una revolución?

Publicado en por Skiper

Fuente: http://gafasdenover.blogspot.com/2011/03/puede-estallar-en-espana-una-revolucion.html

Autor:

Mapa Magreb y Egipto. Fuente: Google Maps

 

Las últimas revoluciones que se están dando en todo el mundo árabe mantienen a Occidente en vilo, no solamente por el conflicto energético que supone la no exportación del petróleo libio, sino por la disonancia en nuestros esquemas mentales sobre las sociedades musulmanas.
 
Creemos que nuestra cultura, desde nuestra perspectiva etnocéntrica, es el único germen posible para el nacimiento de democracias, nos creemos los únicos que hemos luchado para la libertad y la igualdad (si Tocqueville levantase la cabeza). Sin embargo, el mundo árabe nos está dando una lección, ¿o no? Quizás simplemente asistimos a casos incomparables, comunidades que sufren condiciones muy diferentes a la nuestra. Pues eso intentaré comprobar en los siguientes datos. (Resulta imposible captar ciertos aspectos de los grupos humano con los datos, ese aspecto subjetivo que muchas veces articula la lógica que desencadena los fenómenos a los que asistimos).
Primero, y a través de los datos del PRB (Population Reference Bureau), los tamaños de estos países y las previsiones de crecimiento demográfico. ¿Por qué? Una población como la de Libia, pequeña, tiene más posibilidades de homogeneidad, de lazos directos entre los integrantes que una población como la de Egipto, además de  cambiar la gobernabilidad de la región según su población (organizaciones asamblearias que gestionen partes de la vida pública es complejo cuando el número de habitantes superan los cien millones).

Elaboración propia. Datos: PRB

 

¿Qué nos dicen estos datos? Primero que como tamaño poblacional Marruecos y Argelia se asemejan a España, mientras el caso de Egipto resulta un país mucho mayor. Libia y Túnez son países más "manejables" a nivel de número de habitantes, aunque no debemos olvidar la relación entre el tamaño y la población, siendo Libia un país muy poco poblado,con grandes territorios vacíos. Por lo tanto los casos de revoluciones que ya han tenido un relevancia, Túnez, Egipto y Libia, son demográficamente en gruesos trazos difícilmente comparables. También podemos comparar el crecimiento demográfico de los diferentes países, siendo el caso de Egipto el único reseñable con una perspectiva de crecimiento muy grande comparado con el resto.
La tasa de alfabetización de una región representa el porcentaje de población del territorio que es capaz de leer y escribir a una determinada edad. ¿Qué nos dice esta tasa? Es un indicador básico del estado de la educación en un país, y en pleno siglo XXI nos habla más bien del estado de subdesarrollo que en una región padece. Obviamente si comparamos países del primer mundo poco nos diría este dato, pero en el caso del Magreb nos da una idea de la situación educativa.
Elaboración propia. Datos: PRB
Resulta curioso comprobar que los jóvenes Libios y tunecinos han alcanzado una tasa de alfabetización cercana a la de un país desarrollado, mientras Marruecos y Egipto permanecen en cotas de paíese en vías de desarrollo aún, suponiendo (siempre desde esa óptica desarrollista) que tienen una tendencia positiva. Argelia se encuentra en un punto intermedio.
El Índice de Desarrollo Humano o IDH, construido por el PNUD (Programa de la Naciones Unidas para el desarrollo), es una medida comparativa de la esperanza de vida, la alfabetización, la educación y el nivel de vida de países de todo el mundo. Es indicador agregado, estupendamente construido, pero que en sí mismo no deja de ser algo abstracto, difícil de explicar si no se comprende bien su génesis. Está bien para comparar países rápidamente de un vistazo.

En el último informe, con datos de 2009, se encuentran los siguientes valores y posiciones de los 168 países que la ONU tiene suficientes datos (de un total de 192):


España, puesto 20 con 0,863
Libia, puesto 53 con 0,755
Tunez, puesto 81 con 0,683
Argelia, puesto 84 con 0,677
Egipto, puesto 101 con 0,620
Marruecos, puesto 114 con 0,567


Podemos comprobar como Libia sigue pareciendo tener una situación ligeramente mejor a la de sus vecinos, pero la complejidad de la creación de este indicador agregado elimine perspectiva. Continuemos con mas datos económicos.
El PIB per capita nos da una imagen, no muy adecuada, de la riqueza de un país. La podremos corregir ligeramente con el coeficiente de Gini. Utilicemos el PIB per capita a valores de paridad de poder adquisitivo, para eliminar la ilusión monetaria ligada a la variación de los tipos de cambio.
Datos del FMI en dólares estadounidenses:
España: 30.621
Libia: 14.523
Túnez: 8.284
Egipto: 5.898
Marruecos: 4.349
El coeficiente Gini es una medida que sirve para comparar la desigualdad de ingresos por países, en definitiva cómo de justo es el reparto de la renta en los países. Podría utilizarse para medir otras desigualdades, pero este suele ser su uso. Se trata de una forma muy eficaz de conocer el desarrollo de un país, mucho más óptima que el IDH o el PIB per capita, sobre todo por culpa de los países del medio Oriente, que salen de los primeros puestos.
Egipto:  34,4 (2001)
Túnez:  40 (2005 est.)
Marruecos:  40,9 (2005 est.)
Argelia: 35,3  (1995)
Libia:  Sin datos
España: 32  (2005)
El problema surge con la dificultad para recoger datos necesarios para crear este indicador, siendo muy antiguos o estimaciones hechas por el organismo estadounidense lo que les da un sesgo claro (al igual que si lo hubiese hecho cualquier actor involucrado en relaciones internacionales).
 Libia, probablemente no facilite los datos necesarios para realizar el coeficiente de Gini, algo que quizás aclararía los anteriores números que le otorgaban una posición preponderante sobre sus vecinos. Quizás nos encontremos ante un caso de "la trampa de los recursos naturales", donde varios indicadores ofrecen una resultado esperanzador cuando sin embargo la situación real es menos buena de lo que parece, con un reparto de la riqueza en el país muy desigual.


Muchos se preguntarán donde me he dejado un par de datos que parecen a primera vista esclarecedores: la tasa de desempleo y el IPC. Ambos datos difieren mucho según la fuente que uno consulte, sobre todo en el caso de Libia, mientras el FMI le atribuye un 30% de paro, otras fuentes no le otorgan más de un 15%.
El resto de países suelen aparecen con tasa entre el 9 % y el 13%, eso sí resaltando el paro juvenil con niveles que alcanzan casi el 30%. Y todos conocemos estos datos en el caso de España, 20 % y tasas cercanas al 40% en desempleo juvenil. En lo que respecta al Ipc, es poco útil usar datos construidos para Occidente en estos países árabes, donde el consumo tiene formas diferentes. Resulta interesante comprobar cuanta gente vive con menos de dos dólares al día:


Argelia: 24%
Marruecos: 14%
Libia: sin datos
Túnez: 13%
Egipto: 18%
España: 0%


Esto nos deja una idea de como de distintas son las estructuras de los diferentes esquemas de consumo. Resulta difícil de creer que comunidades con de un 13 a un 24% de gente viviendo por debajo del umbral de la pobreza, tiene un comportamiento similar en los hábitos de consumo, o simplemente en el día a día.
Y tras esta retahila de datos, números y frías estadísticas, ¿qué podemos concluir? Básicamente, que España no tiene nada que ver con los países del Magreb, algo que parece una verdad de perogrullo, pero es que la gente últimamente compara ambas situaciones como si hablase de la relación Bélgica y Holanda. Así que, la revolución, como en cualquier otro punto, puede estallar, pero comparar entornos resulta ridículo.
 
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