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¿Dónde están y cómo funcionan los paraísos fiscales?

Publicado en por Skiper

Fuente: http://www.elimparcial.es//conozca-el-listado-oficial-de-paraisos-fiscales-121300.html

Las diversas tramas de corrupción que salpican nuestro país, y en las que se han visto implicados desde Iñaki Urdangarin, duque de Palma, hasta Luis Bárcenas, ex tesorero del Partido Popular, o Jordi Pujol Ferrusola, hijo del ex presidente catalán Jordi Pujol, han puesto de nuevo sobre el foco a los denominados paraísos fiscales, territorios o países cuya legislación permite a los particulares o a las empresas ocultar fondos sin que se les exija justificar su procedencia y cuya fiscalidad sobre el capital es muy beneficiosa.

 

 

Pero, ¿qué son realmente? "Son territorios en los que se impone una casi total ausencia de impuestos a las rentas generadas a través de las distintas actividades económicas, el intercambio de información con las autoridades reguladoras extranjeras es casi nulo gracias al secreto bancario o profesional y se profesa una absoluta falta de transparencia en beneficio propio", señala a EL IMPARCIAL José Ramón Rodríguez Fuentes, asesor fiscal privado y ex inspector de Hacienda.

 

 

A comienzos de 2000, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) elaboró un listado en el que figuraban todos los paraísos fiscales que acogen, en conjunto, a más de dos millones de sociedades fantasma en los cinco continentes, representan la mitad de la actividad bancaria mundial, favorecen la evasión fiscal de entre 300.000 y 500.000 millones de dólares e intermedian en tres de cada cinco préstamos internacionales.

 


El ranking está compuesto por Andorra, Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba, Bahamas, Bahrein, Islas Bermudas, Belice, Islas Vírgenes británicas, Islas Caimán, Islas Cook, Costa Rica, Dominica, Filipinas, Gibraltar, Granada, Liberia, Liechtenstein, Malasia, Islas Marshall, Mónaco, Montserrat, Nauru, Antillas Holandesas, Nieu, Panamá, Samoa, San Marino, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Turcos y Caicos, Uruguay y Vanuatu.

Sin embargo, el listado elaborado por la OCDE también incluye a países que, sin llegar a tener la calificación de paraíso fiscal, colaboran con prácticas opacas perseguidas por otros estados.

En esta segunda clasificación, denominada 'lista gris' se encuentran o han figurado Austria, Bélgica, Brunei, Chile, Guatemala, Luxemburgo, Singapur y Suiza.

 

 

Además, la legislación española suma a esta extensa lista de centros financieros offshore las Islas de Jersey o del Canal, Hong Kong, Líbano, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Granada, Fiji, Jamaica, Malta, Islas Malvinas, isla de Man, Islas Marianas, Mauricio, Islas Salomón, Trinidad y Tobago, Jordania, Macao, Omán e Islas Seychelles.

Pero eso no es todo. Hay regiones con legislaciones especiales dentro de países no considerados paraísos fiscales. Es el caso de la City de Londres, que tiene un gobierno autónomo para asuntos financieros y en cuyo espacio trabajan medio millón de personas casi en exclusividad en el sector financiero.

Si bien en muchos estados la banca comercial no puede operar en los mercados bursátiles, en la capital inglesa sí se permite, por lo que muchos la consideran el mayor paraíso fiscal encubierto del mundo.

 

 

De este modo, no existe un listado único de paraísos fiscales, sino que cada estado y organismo internacional redacta el suyo propio en función de su propia fiscalidad, acuerdos internacionales y los tratados en la materia firmados por los territorios. Así, por ejemplo, Malta o las Islas Mauricio pueden o no ser considerados paraísos fiscales en función de a quién preguntemos. Para la OCDE, no; para España, sí.

Según la organización Tax and Justice, cuya labor se centra en perseguir prácticas financieras y fiscales ilegales, se cree que este medio centenar de territorios mueven y albergan entre 17 y 26 billones de euros, lo que equivale al 20 por ciento de la riqueza privada mundial o el 13 por ciento del PIB mundial.

 

 

Es este montante multimillonario la piedra angular de la razón de ser y de la supervivencia de estos territorios, que sí imponen fuertes cargas impositivas a sus residentes, que son los que actúan de testaferros o representantes de origen de docenas de empresas fantasma a la vez, pero no así a los extranjeros.

Si bien una parte importante de ese capital tiene un origen o un destino ilícito, como el tráfico de armas, el de drogas o el terrorismo, muchas entidades financieras operan a través de los paraísos fiscales para poder sortear la fiscalidad europea o estadounidense.

Se estima que más de la mitad de las empresas que cotizan en el Ibex-35 operan o tienen intereses en estos territorios. Esto ha provocado que en estos paraísos se dé una cultura para y por la evasión fiscal.

 

 

Un ejemplo: se calcula que en las Islas Caimán, consideradas por muchos la quinta economía mundial por su flujo de capitales y que son dependientes de Reino Unido, hay registradas dos compañías o cinco fondos de inversión por cada uno de sus apenas 70.000 habitantes. De este modo, se calcula que al año pasa por este archipiélago caribeño casi el doble del PIB español.

Otros grandes centros financieros son Liechtenstein o Luxemburgo, donde han ido a parar miles de millones provenientes de las arcas de los países en crisis. Entre los dos pequeños países suman 100.000 empresas registradas, una décima parte del total que hay en nuestro país en el listado de la Seguridad Social en unos territorios con una superficie algo menor a la de la provincia de Álava.

 

 

Pero, hasta en los paraísos fiscales hay una cierta estrategia de selección. "Cada potencia mundial tiene su propio paraíso: así Reino Unido tiene a Man, Caimán o Gibraltar, Estados Unidos tiene a los numerosos microestados del Caribe, como Aruba o las Islas Vírgenes, China tiene a Omán, etc.

Lo cierto es que la gran dificultad para erradicar estos estados de la evasión es que hay demasiados intereses para que persistan, incluso entre los propios gobiernos que dicen perseguirlos", sostiene Rodríguez Fuentes.

Así, los paraísos fiscales son un mal conocido y permitido por la economía mundial. Son parte esencial de un delicado ecosistema en el que han encontrado su lugar en un entramado financiero reservado para unos pocos privilegiados y que será muy difícil erradicar en la práctica real.


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